
viernes, 1 de agosto de 2014
Es hora
Es hora de salir. De ir a casa a comerme las orillas del orgullo que alguien olvidó.
Es tiempo de dejar de escatimar en horas y dormir un poco más.
Es hora de fingir que no me percato que están aquí, sean quienes sean.
Y si aún así sigo postergando todo, me quedaré en la silla viendo todo en el retrovisor.
Un error
Permíteme un error al menos, permíteme mantener la fragilidad de un humano.
Bien sabemos que no soy perfecto y que en el duelo entre mis instintos y mis virtudes no siempre salgo ganador.
Permite que me equivoque, no soy tan bueno para esto como a veces lo aparento.
Y es que por más que lo pienso no dejo de sentirme culpable, aunque cada vez menos.
Así es esto de los quebrantos, caes y te levantas con la mayor prisa posible.
Para que nadie se percate de tus insolencias; y así es como continúas hacia cualquier lado.
Hacia nuevas rutas, que te llevan finalmente hacia el mismo lugar.
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